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Cómo conseguir prácticas en empresas audiovisuales

Lograr acceder a unas prácticas adecuadas puede ayudarnos a desarrollar nuestra faceta profesional.

Cómo conseguir prácticas en empresas audiovisuales
Por Beatriz Prieto | Publicado: Viernes 18 Septiembre 2020 13:14

Introducirse en el mundo laboral a veces no es precisamente sencillo, sobre todo cuando es la primera vez que tratamos de acceder a un puesto de trabajo especializado en el sector audiovisual. La experiencia es un incentivo para que las empresas nos contraten, por lo que son una herramienta básica para tener un bagaje sobre el que construir nuestra trayectoria profesional. Por esa razón, las prácticas suelen ser el puente más común a través del cual poder vivir nuestra primera experiencia en un puesto de trabajo o desarrollarnos como profesionales del sector.

Las prácticas son habituales para iniciarse en el mundo laboral audiovisual

Las prácticas son habituales para iniciarse en el mundo laboral audiovisual

Acceder a prácticas a través de las universidades o de los Centros de Formación Profesional es una mecánica de las más corrientes. Es una buena forma de poner en práctica los conocimientos adquiridos en estos centros educativos, al mismo tiempo que nos introducimos por primera vez en el ámbito profesional. No obstante, este no es el único método de acceso a prácticas, dado que son un recurso al que también podemos optar por libre. Por ese motivo, recogemos los distintos procesos a través de los cuales se pueden conseguir prácticas, y cómo funcionan.

1 A través de centros educativos

Es algo muy común que, una vez hemos adquiridos ciertos conocimientos en nuestra carrera o módulo, podamos acceder a una serie de prácticas en empresas relacionadas con el ámbito al que nos hemos dedicado, en este caso, el mundo audiovisual. Para ello, el requisito fundamental es haber superado el 50% de los créditos del módulo, grado o máster que estamos cursando, antes de empezar a mirar las opciones que tenemos entre las empresas audiovisuales que han establecido un convenio con nuestro centro educativo. Es entonces cuando optamos a realizar dos tipos de prácticas: las curriculares, es decir, aquellas que están incluidas en el plan de estudios y cuyo número determinado de horas son obligatorias; y las extracurriculares, las que se pueden realizar una vez completados los créditos de las prácticas, mientras seguimos estudiando, con el fin de adquirir un mayor conocimiento del mundo laboral.

Para escoger la empresa en la que queremos incorporarnos, lo corriente es que las ofertas de las compañías estén inscritas con una especie de bolsa donde se muestran aquellos puestos que tienen vacantes en el momento de nuestra búsqueda. En cada una, se recogen aspectos que hay que leer con atención, como las labores a las que tendríamos que desempeñar, el horario laboral, el número de horas semanales a trabajar o si existe o no una remuneración. Hay que tener en cuenta que los centros marcan unas horas límite, por curso, que un alumno puede dedicar tiempo a las prácticas, sin importar si son curriculares o extracurriculares: en el caso de la primera, suelen rondar el mínimo de 250-300 horas; mientras que las segundas no han de superar, en general, el 50% del tiempo que constituye el curso académico. Asimismo, debemos tener presente que la remuneración no es obligatoria, por lo que es muy común que no percibir un sueldo durante el desarrollo de las prácticas o que sea básico, a modo de ayuda económica al estudio.

Una vez nos suscribimos a las ofertas que más nos interesen, lo más común es elaborar y presentar un currículum a través del centro, con el cual las empresas puedan valorarnos como candidatos para las prácticas, sobre todo si están recibiendo una cantidad de solicitudes superior a los puestos que quieren cubrir. Junto a este documento, lo habitual es adjuntar tu expediente académico, el cual se puede solicitar en la Secretaría; y alguna carta de recomendación de anteriores jefes o de profesores, aunque esto último no es un requisito esencial, sobre todo en las prácticas curriculares, pero sí supone un aliciente. Con ello, podremos ser seleccionados por alguna de las empresas audiovisuales que han llamado nuestra atención, tras lo cual lo más habitual es que tengamos que acudir a una entrevista antes de ser aceptados en las prácticas, por lo que firmaremos un anexo al convenio con la empresa donde se recojan las condiciones de rescisión de las prácticas o el número de horas a completar, entre otros datos.

Para comenzar nuestra etapa como becarios, además, es obligatorio que la empresa nos dé de alta en la seguridad social. En este período, además, los alumnos en prácticas curriculares cuentan con un tutor en la entidad colaboradora y un tutor académico en el centro, con el fin de apoyar, supervisar y guiarnos durantel el período de tiempo que estemos de prácticas. Asimismo, en el caso de las prácticas curriculares, estas han de concluir con una evaluación por parte del tutor de la entidad sobre nuestro trabajo, al igual que, dependiendo del centro, habremos de realizar algún trabajo o rellenar algún documento para aprobar los créditos de esta clase de prácticas. Un proceso que, por el contrario, no hay que hacer en el caso de las prácticas extracurriculares, dado que son voluntarias.

2 A través de cursos en empresas o escuelas

Al igual que podemos acceder a las empresas como becarios a través de centros educativos, hay empresas que cuentan con cursos propios que incluyen el acceso a prácticas en las mismas, por lo que es seguro que las realizaremos en la entidad en la que ingresemos, sin tener que arriesgarnos a ser rechazados y buscar otras opciones quizás menos atractivas. De esa forma, podemos encontrar empresas como Unidad Editorial, que cuenta con una Escuela propia de periodismo y comunicación audiovisual que ofrece másteres o cursos de especialización a través de los cuales acceder a sus distintos medios para realizar prácticas. En el caso de Prisa, otro ejemplo, la entidad cuenta con la Escuela de Periodismo UAM-El País en la que además de impartirse talleres, también se puede acceder al máster de periodismo, a través del cual se pueden realizar prácticas remuneradas en sus medios.

Este tipo de becas suelen destinarse a aquellos ya graduados, aunque también podemos encontrar casos en los que no es necesario haber finalizado una carrera o módulo para acceder a ellas. Ese es el caso, por ejemplo, de las Becas Santander, programa que promueve las prácticas remuneradas para estudiantes universitarios en PYMES, que se gestionan a través de las universidades. Tanto en uno como en otro caso, depende de las compañías el hecho de establecer una serie de requisitos aunque, generalmente, la nota que se haya obtenido durante la carrera o módulo juega un importante papel a la hora de ser seleccionados, al igual que nuestro currículum y, en algunos casos, el coste del curso al que vayamos a inscribirnos. Lo que hay que tener en cuenta a la hora de inscribirnos a esta clase de becas o cursos, es que debemos informarnos debidamente de las condiciones, requisitos de acceso, duración o el programa que nos ofrece, con el fin de evitar problemas a la hora de incorporarnos al curso o eludir posibles sorpresas al comenzarlo.

Otra de las opciones que podemos encontrar después de finalizar una carrera universitaria o un módulo, quizás algo menos conocida, son cursos especializados en el mundo de lo audiovisual, gestionados a través de compañías, que nos permiten hacer prácticas en otras entidades del sector con las que tienen firmado convenio. Ese es el caso, por ejemplo, de Escuela de Empresa, que oferta cursos universitarios de distintas duraciones (tres, cuatro, seis o doce meses), avalados por diferentes universidades como la Universidad Europea de Miguel de Cervantes o la Universidad Nebrija. En este ámbito, en ocasiones se ofertan cursos que no incluyen prácticas dada su brevedad o su carácter exclusivamente online, por lo que hay que informarse debidamente si queremos tener la oportunidad de realizar prácticas en compañías audiovisuales.

Además, fuera de las empresas y del ámbito universitario, podemos encontrar cursos impartidos por las distintas escuelas audiovisuales especializadas que hay en España, las cuales suelen tener convenios establecidos con empresas del sector. Por eso, en esta opción para encontrar prácticas fuera de los centros educativos al uso, se incluyen entidades como la Escuela de Cine (ECAM), que cuenta con acuerdos con empresas como WarnerBros, Atresmedia, eOne o Movistar+, entre otras; la Escuela Superior de Imagen y Sonido, con convenios con distintas cadenas de televisión, emisoras de radio, productoras o grupos de comunicación; o la FX Animation Barcelona 3D & Film School, con más de 800 empresas audiovisuales en las que poder realizar prácticas. Tanto en el caso anterior como en este, los requisitos de ingreso pueden ser muy variados según el curso al que optemos, ya que hay casos en los que se ofertan algunos para personas de entre 16 y 18 años de edad u otros en los se requiere alguna titulación específica. El caso es informarnos siempre bien antes de solicitar el ingreso, con el fin de no llevarnos una decepción. Asimismo, algunas escuelas pueden contar con diferentes tipos de cursos, desde universitarios o de FP a cursos propios o de posgrado, por lo que pueden variar mucho sus condiciones de ingreso.

3 De forma independiente

Una vez nos hemos titulado o graduado en un centro educativo, puede ser complicado dar con un empleo, por lo que, para algunos, optar a un contrato en prácticas es una buena opción para seguir desarrollando una buena trayectoria profesional. Para optar a este tipo de contratación, uno de los requisitos es, evidentemente, estar licenciado o ser un técnico de formación profesional relacionado con el sector audiovisual. La edad también es un factor determinante: los mayores de 30 años no pueden optar a este tipo de contrato si han pasado más de cinco años desde que terminaron sus estudios o convalidaron el título en España, límite que no existe en el caso de los menores de 30 años, como establece el Plan de Empleo Juvenil.

Tras asegurarnos de que cumplimos los requisitos básicos, al ir por nuestra cuenta, tenemos varias opciones para acceder a este tipo de prácticas. Mientras que siempre podemos recurrir directamente a las empresas a las que deseamos incorporarnos para informarnos de las posibles ofertas para becarios que existan (es preferible hacerlo de forma presencial), hay también portales donde las entidades publican sus ofertas para realizar prácticas, como puede ser el caso de Primer Empleo, Student Job o Infojobs. Otro medio para acceder a las empresas, lo podemos encontrar en las ferias de empleo, donde las entidades buscan tanto trabajadores como becarios, por lo que son una oportunidad perfecta para ponerse en contacto con las compañías audiovisuales. En estos casos, debemos contar siempre con varios currículums a mano, al igual que es importante tener listo un discurso o presentación profesional y relacionarse con los asistentes y reclutadores, con el fin, principalmente, de establecer contactos que nos puedan servir de cara a nuestro desarrollo profesional. Sin importar qué proceso empleemos, lo que debemos tener siempre presente es la importancia del currículum, herramienta esencial para darnos a conocer y convertirnos en un candidato perfecto para las empresas audiovisuales a las que optemos.

Al igual que en las prácticas a través de los centros educativos, en estos casos tendremos que hacer frente a una entrevista de trabajo, al igual que habremos de firmar un contrato en prácticas que contará con una serie de requisitos que han de cumplirse. El primero de ellos es la duración, es decir, este tipo de contratos no pueden ser inferiores a seis meses ni superiores a dos años. Si se elaborase un acuerdo con una duración inferior al bienio, se pueden realizar un máximo de dos prórrogas, siempre que no excedan los dos años de máximo en una o varias empresas.

El segundo, la jornada laboral, puede establecer tanto en horario completo de ocho horas como en una jornada parcial, dado que eso no influye en la duración. El tercero, la remuneración, sí cuenta con algunas condiciones específicas, entre las que figura que, durante el primer año, no puede ser inferior al 60% del sueldo de aquellos empleados que ocupen el mismo puesto y que está establecido en el convenio laboral. Dicha cantidad aumentaría al 75% durante el segundo año de contrato. Además, debemos tener presente que la remuneración no sea inferior al salario mínimo interprofesional, cifra que mermaría proporcionalmente a la reducción que se haga del horario laboral en caso de acordar una jornada parcial.

4 Con becas para empresas en el extranjero

Si lo que buscamos, además de desarrollar nuestra trayectoria profesional, es conocer otros lugares y mejorar los idiomas que conocemos, realizar prácticas en el extranjero puede ser una muy buena opción para conseguir ambos objetivos al mismo tiempo. Por ello, existen numerosas becas con las cuales podemos acceder a esta clase de oportunidades, como puede ser Eurodisea, programa de intercambio para jóvenes de 18 a 30 años lanzado por la Asamble de las Regiones de Europa (ARE). Su duración va de tres a siete meses y busca tanto ofrecer experiencia profesional como brindar conocimientos sobre una lengua extranjera.

En estos casos, suele ser habitual que uno de los requisitos que se soliciten es que los aspirantes cuenten con un título superior, aunque existen programas en los que no es necesario haber concluido una carrera o módulo. Además, otra de las condiciones que pueden determinar que accedamos o no a este tipo de becas es el nivel de idiomas, dado que algunas compañías establecen un nivel básico elevado, mientras que hay casos en los que no es necesario poseer un amplio conocimiento. Así, podemos encontrar programas como las Becas Avenir, cuyo destino son las empresas francesas de todo tipo, entre ellas algunas del sector audiovisual, donde se requiere un nivel B2 de francés.

Dependiendo del tipo de empresa o país al que queramos incorporarnos para realizar prácticas, encontraremos unos u otros requisitos indispensables para formar parte de ello. En algunos casos, por ejemplo, la edad o la procedencia son factores determinantes, al igual que nos puede requerir, además del currículum, cartas de recomendación o conocimientos en otros idiomas. Por ese motivo, es esencial leer atentamente las condiciones que ofrece cada programa o beca, con el fin de conocer también aspectos como las tareas que desempeñaremos, los países a los que podemos viajar (ya sea Europa u otros continentes), el período de solicitudes y de envío de documentación o la duración de las prácticas.

De ese modo, encontraremos aquellas opciones que más se adapten a nosotros, como pueden ser las prácticas en la sede de la CNN en Londres, destinadas a titulados; el programa de prácticas de Erasmus+, que ha de realizarse por parte de matriculados en instituciones que posean una Carta Erasmus+ de Educación Superior; o las becas para españoles de la Fundación Fullbright, con las que profesores, investigadores predoctorales o funcionarios pueden cursar másteres cualquier especialidad en universidades Estados Unidos.