Estamos en un momento en el vivimos pegados a una cámara. Cualquier instante es fotografiable o digno de grabarse en vídeo y no desaprovechamos la oportunidad de inmortalizar absolutamente nada. Aunque confiamos en que los vídeos y las fotos se pueden editar de muchas maneras distintas, es importante contar con un buen material inicial, ya que con los retoques se puede mejorar en gran medida nuestras imágenes pero no hacer milagros.
Profesionalmente, mucha gente trabaja detrás de las cámaras, ya sea para hacer videos caseros, para mostrar cómo es tu empresa o incluso para realizar programas y series de televisión. Por ello, debemos tener en cuenta en cada momento qué es lo que realmente queremos que salga en imagen y captarlo del modo más eficaz. De este modo, tendremos que conocer (y aplicar en cada caso) ciertas reglas respecto a los encuadres, puntos de vista y movimientos.
Ten claro qué es lo que quieres que salga en la imagen y crea el plano a partir de ahí
1 Encuadre
Plano detalle
Es normal que en los planos donde se muestra mucha información, haya ciertos elementos que se queden más camuflados y puedan pasar desapercibidos en la imagen. Con el plano detalle, lo que conseguimos es destacar algún punto que queremos que el espectador no se pierda, pudiendo ser directamente un ojo, una mano, un botón o una tarjeta, por ejemplo.
Primer plano
El primer plano es el que capta la cabeza hasta los hombros, como si fuera un busto. Es importante dejar algo de aire arriba, desde que comienza el plano hasta el pelo para que no dé la sensación de que el sujeto está encasquetado el encuadre. Sin embargo, también podemos realizar un primerísimo primer plano, que sería más cerrado que el primer plano e iría desde la frente hasta la barbilla, ganando proximidad con el sujeto.
Plano medio
El plano medio es el que aproximadamente va desde la cabeza hasta la cintura, pero es importante que nunca cortemos el plano en una articulación, por lo que este siempre lo cortaremos en la cintura o en la entrepierna. Además, encontramos dos variantes de este encuadre: el plano medio corto, que es el que finalizaría en el pecho, y el plano medio largo, que llegaría hasta la mitad del muslo.
Plano americano
El plano americano, también conocido como el de los tres cuartos, capta al sujeto desde la cabeza hasta las rodillas. Debemos recordar no cortar nunca el plano en medio de una articulación, por lo que finalizaríamos el encuadre justo arriba o debajo de la rodilla, pero no en el centro de esta. Recibe este nombre porque en las películas del oeste captaban al personaje junto a su pistola y los cartuchos.
Plano entero
Cuando el cuerpo del sujeto ocupa todo el plano de arriba a abajo es lo que denominamos el plano entero. Por tanto, de este vemos desde su cabeza hasta sus pies dando todo el protagonismo a esta persona que estamos encuadrando. Aquí volverá a ser importante el aire que dejamos en todos los lados para que no dé la sensación de que la figura está encerrada en la imagen.
Plano general
El plano general sirve para ubicar al espectador en el escenario en el que se desarrolla la historia que queremos contar. Cuando aparece una figura en este plano, lo hace de cuerpo entero, sin cortar ninguna extremidad, y suele ocupar, de alto, un tercio o un cuarto del plano.
Gran plano general
Cuando el plano es más abierto y alejado que el plano general, es lo que denominamos gran plano general. Este encuadre nos muestra un escenario muy amplio en el que este es el gran protagonista, mostrando al público cómo es el lugar donde se desarrolla la acción y poniéndole en contexto. En este caso, la figura puede perderse en el entorno haciendo que apenas se le perciba o que ni siquiera esté presente.
2 Punto de vista
Picado y contrapicado
Normalmente utilizamos la cámara de modo frontal, pero hay otros puntos de vista de angulación con los que conseguimos unos encuadres que, determinado el momento, pueden ser los más eficaces. Cuando la cámara está por encima del sujeto, de forma oblicua formando un angulo aproximado de 45%, es lo que denominamos un plano picado, con el que la figura parece más pequeña. En cambio, cuando colocamos la cámara por debajo de los ojos del sujeto, de forma opuesta al picado, es lo que se llama plano contrapicado, dando la sensación de que la figura es más grande.
Cenital y nadir
Cuando la cámara se sitúa justo encima del sujeto se denomina plano cenital. Normalmente lo que se ve en ese caso es la cabeza y los hombros de la figura, por lo que el plano gana fuerza si hay algo de movimiento en la escena o en el suelo está ocurriendo alguna acción. Por su parte, el plano nadir es el opuesto, situando la cámara justo debajo, de modo perpendicular al suelo. Uno de los recursos en los que mejor funciona el plano nadir es cuando la figura está sobre un cristal.
3 Movimiento
Travelling
Hay situaciones en las que queremos que la cámara tenga movimiento, acercándonos, alejándonos, o simplemente pasando por al lado del sujeto. En estas ocasiones es muy práctico el travelling, colocando la cámara sobre un carril haciendo el recorrido que mejor convenga en cada situación y mostrando elementos que de otro modo quedarían más ocultos.
Paneo y tilt
Con la cámara situada en un mismo punto sobre un trípode, se puede grabar un plano en movimiento girando horizontalmente sobre su eje, siendo conocida esta técnica como paneo. Cuando se hace un paneo con tanta velocidad que no llega ni a apreciarse lo que aparece en escena, se determina barrido, una técnica muy utilizada para las transiciones. Por su parte, el tilt (o paneo vertical) consiste en que, también sobre un eje, la cámara haga un movimiento de arriba hacia abajo o viceversa.
Zoom
Es importante no confundir el zoom con el travelling, pues con en el zoom, la cámara no se mueve del mismo punto. El zoom nos permite simular movimiento, pero mientras que con el travelling no tiene por qué cambiar el encuadre, con el zoom sí que se cerraría el plano siendo más abierto o más cerrado. Cuando el plano va de abierto a cerrado se denomina zoom in y cuando es a la inversa se llama zoom out.
Cámara en mano
Es un recurso muy habitual en televisión, tanto en el entretenimiento como, cada vez más, en ficción. Además de simplificar recursos técnicos, pues no tienes que poner unas vías como con el travelling, da más realismo a la escena teniendo un cierto movimiento añadido que es como un ligero temblor, logrando que el espectador sienta que está dentro de esa escena.