Los nervios suelen ser el principal invitado cuando nos preparamos para un evento importante. Temblores, "mariposas en la tripa" o incapacidad para pensar con claridad suelen ser los síntomas principales de ese mal llamado ansiedad. Este, de hecho, se coloca como la décima enfermedad mental más extendida entre la población española, según la última Encuesta Nacional de Salud Mental. Un 6,7% de españoles ha declarado padecer ansiedad, lo que se traduce en más de tres millones de personas. Tal alarmante es la situación, y no solo en nuestro país, que la OMS estima que para 2030, los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo.
La respiración es un arma contra la ansiedad que puedes usar en cualquier momento
No obstante, no es necesario padecerla para que se te manifieste antes o durante de algo que te importa, como es, por ejemplo, un examen o una entrevista de trabajo. Pero tranquilo, existen una serie de técnicas que te ayudarán a superar el trance y, aunque probablemente el "gusanillo" nunca se vaya de tu tripa, puedes apaciguarlo y pasar del dolor a las cosquillitas.
1 Ejercicios de respiración
La respiración es una herramienta de lo más eficaz para calmar los nervios o la ansiedad. Uno de los ejercicios con los que más se trabaja es la apodada "respiración abdominal", aunque existe alguno más. Aquí te desglosamos dos para que realices antes de entrar a la temida sala de la entrevista:
1. Respiración abdominal
Cuando trabajas en un ejercicio de respiración abdominal, básicamente, te conviertes en el dueño de tu respiración. Para lograrlo, debes colocar un mano encima de tu abdomen y otra encima del pecho. Con mucha concentración, debes llenar primero con aire tu tripa y luego el pecho, para luego expulsar primero el de la tripa y, a continuación, el del pecho.
A priori, parece difícil mantener el aire en el pecho para sacar el del abdomen, pero con mucha concentración se consigue. Esto te ayudará a mantener la mente en blanco y a llenar de aire fresco tu cuerpo. Enseguida notarás los efectos.
2. Igualar inhalación e exhalación
Otro de los ejercicios que puedes probar es el de igualar las inhalaciones y exhalaciones. Lo primero que debes hacer es ser consciente del ritmo de tu respiración. Por unos momentos, observa a qué velocidad entra el aire por tu nariz y a qué velocidad lo expulsas por la misma. Una vez pasados unos instantes, comienza a alargar tus inhalaciones e intenta que las exhalaciones duren exactamente lo mismo. Un truco es contar hasta seis mientras haces lo uno y luego volver a contar con lo otro. La profundidad, la concentración y el continuo vaciado te dejarán más que relajado.
2 Repeticiones de mantras
Un mantra es una frase muy poderosa para la mente. Por eso, nos conviene tener los nuestros propios, para ayudarnos a ser conscientes de que la realidad que estamos viviendo. En este caso, hablamos de una entrevista de trabajo, que no es un asunto a vida o muerte, ni mucho menos. Esto es parecido a la filosofía bajo la que se sustenta el mindfulness, pero no hace falta ser unos expertos en materia y profundizar demasiado. Puedes quedarte simplemente con lo del mantra. Será suficiente con que creas en él.
Uno de los que más ayuda es "no estoy salvando vidas". Es decir, con esta entrevista no estás operando a vida a muerte. Si te equivocas, tienes la opción de rectificar. Nada lo que hagas será irreversible ni causará un daño irreparable. Es hora de que empieces a restarte cargas y a ser consciente de que cada cosa merece la importancia justa y nunca más.
3 Evita los estimulantes
Cuántas veces habrás escuchado la frase de "somos lo que comemos". Pues, en el fondo, sí. Así que si no quieres ser nervioso, ¡no tomes alimentos estimulantes! Esto provocará que tu cuerpo se coloque en alerta y no ayudará para nada a que la ansiedad baje de nivel. Así pues deberás evitar alimentos que contentan azúcar o cafeína. Y, si eres fumador... ¡Aleja el tabaco de ti!
4 Una ayuda extra: Alimentación contra los nervios
En cambio, hay otros alimentos que pueden ser tus mayores aliados. Probablemente, estarás pensando en las míticas infusiones y sí, son de gran ayuda, pero también existen otros que pueden contribuir a la causa. Ahí van algunos de ellos:
-Frutos secos: Son una gran fuente de magnesio, el mineral antiestrés.
-Regaliz: Contiene colbato, potasio y magnesio, unos minerales potentes contra el estrés.
-Lechuga: Las hojas de esta planta herbácea contienen lactucina, un principio activo con propiedades sedantes para el sistema nervioso.
-Plátanos: A parte de conocer también magnesio, son muy ricos en triptófano, el aminoácido precursor de la serotonina y la melatotina, las hormonas encargadas de regular el estado de ánimo.